
Sfera Proyecto Ambiental, como adjudicataria de la licitación de los trabajos de elaboración de los Documentos Ambientales Estratégicos de los sectores SGF-Este y SGF-Oeste de Murcia ha elaborado una serie de propuestas y medidas frente al cambio climático para la senda verde que el grupo murciano Urbamusa detalla en su Plan Especial.
De las tres partes en las que está dividido el proyecto, Sfera se encarga de la documentación ambiental de el Plan Especial de desarrollo de sistema general de comunicaciones SgF-Este y de su homónimo en la zona oeste. La función de ambas partes es la de ordenar el espacio ferroviario desafectado tras la modificación del recorrido del tren.
La estrategia que defiende el Plan Especial de ambos sectores, y que Sfera asesora, viene a mejorar la propuesta del anterior PGMO, que pretendía destinar este espacio a la construcción de una avenida destinada al tráfico, contraria a las necesidades del urbanismo actual de la ciudad. En su lugar, se ha propuesto el diseño de una senda verde concebida como un espacio libre lineal de alta calidad ambiental, destinada principalmente al flujo peatonal.
Las medidas frente al cambio climático propuestas se recogen en ambos documentos ambientales, en línea con lo exigido por la nueva Ley de Cambio climático 7/2021 de 20 de mayo, entre cuyos objetivos se encuentran: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentar el uso de energías renovables y mejorar la eficiencia energética para los años 2030 y 2050.
Una de las principales características de la Senda Verde propuesta es la elaboración de una trama verde urbana, donde el arbolado tenga un papel destacado en el metabolismo de la ciudad. La utilización de vegetación en espacios urbanos disminuye la intensidad del clima urbano, estabiliza e incluso incrementa la recarga acuífera y emite oxígeno a la atmósfera como resultado de la fotosíntesis.
Entre las muchas virtudes de incluir una senda verde en cualquier entorno urbano también destaca la regulación climática; reduciendo el fenómeno de la isla de calor, además de la contaminación acústica y la mejora de la calidad del aire. Para la selección de las especies se han tenido en cuenta criterios como su adaptación al entorno; dando preferencia a las especies autóctonas, su potencial de absorción de carbono a los 30 años, su capacidad de generar sombra, su crecimiento rápido, etc.
Con todo ello se pretende la creación de un gran sumidero de CO2 dando así cumplimiento a las nuevas exigencias de la normativa en materia de planeamiento urbanístico.