Los quirópteros, conocidos habitualmente como murciélagos, son especies sensibles a los cambios drásticos en su medio. Son especies sociales y gregarias, de las que es fácil encontrar una o más especies por refugio, lo que facilita que cuando estén expuestas a algún evento que comprometa su integridad, se vea afectado un número importante de individuos. Además, son especies con una baja tasa reproductora teniendo, en general, una sola cría al año, madurez sexual tardía y gran longevidad, lo que hace que sus poblaciones no estén preparadas para sufrir descensos prolongados implicando una lenta recuperación.

Diversos estudios han comprobado que el funcionamiento de parques eólicos puede plantear riesgos para las poblaciones de murciélagos (EUROBATS, 2006; Arnett et al., 2008; Rydell et al., 2010a; Bats and Wind Energy Cooperative, 2012; Voigt et al., 2012). A diferencia de las aves, en los murciélagos las variaciones de presión generadas en la zona de influencia de rotación del aerogenerador pueden ocasionar la muerte por barotrauma, sin necesidad de choque con las palas en movimiento (Baerwald et al., 2008); además del riesgo de colisión existente, incrementando su vulnerabilidad.
El conocimiento de la situación actual de estas especies en los últimos años y el exponencial aumento en la instalación de parques eólicos, ha despertado un gran interés en el cuidado y la profundidad en el análisis de los impactos a los que podrían verse expuestos los murciélagos una vez construido un parque eólico. Es por esto que, durante el desarrollo de los estudios previos que acompañan el Estudio de Impacto Ambiental, se realizan estudios de actividad de quirópteros en el emplazamiento en el que se llevará a cabo el proyecto.
En Sfera Proyecto Ambiental, entendemos la importancia de realizar un estudio consciente de la presencia de quirópteros en el entorno del emplazamiento de un proyecto, especialmente si se trata de un parque eólico. Por lo tanto, realizamos estudios de actividad de estas especies siguiendo las instrucciones y directrices marcadas por el Ministerio y la Asociación para el Estudio y la Conservación de los Murciélagos SECEMU. Implementando el uso de equipos detectores de ultrasonidos de registro automático y continuo, se analizan estas grabaciones realizadas en la mayor parte de un ciclo biológico anual de actividad, al menos desde abril hasta octubre, con software específico y de la mano de técnicos con experiencia en el manejo de estas especies.

Al final del ciclo se obtienen las diferentes especies por puntos de seguimiento, lo que permite evaluar la potencial afección del proyecto y realizar una propuesta de medidas correctoras y compensatorias acordes con los resultados obtenidos en el estudio y con el ánimo de que su incidencia sea evaluable en el tiempo.