Los efectos provocados por la aceleración del cambio climático están teniendo consecuencias tanto en los patrones climáticos como en el equilibrio natural del planeta. A grandes rasgos, estos efectos se resumen en:
- Aumento del nivel del mar
- Aumento de la erosión y desertificación
- Pérdida de la biodiversidad
- Pérdida de ecosistemas, entre otros.
En este artículo vamos a centrarnos en los efectos provocados por la pérdida de la biodiversidad en el medio ambiente.
Uno de los ejemplos que demuestra la alteración de nuestros ecosistemas es la pérdida de una especie, hecho que ha producido grandes cambios en un espacio natural protegido, tan mítico y conocido como el Parque Nacional de Yellowstone, el primer parque nacional que fue declarado en el mundo hace 150 años, en 1872.
El Parque Nacional de Yellowstone, considerado mundialmente como ejemplo de singularidad biológica y sistema en buen equilibrio, sufrió un proceso de desertificación a mediados del siglo pasado debido a la ruptura del equilibrio en la cadena trófica. Esta ruptura fue causada por la matanza descontrolada de lobos (canis lupus) por parte del hombre, producida a principios de siglo, siendo en 1926 el año en que se perdió al último ejemplar. Las consecuencias de esta pérdida de biodiversidad, aun siendo una única especie, no se hicieron esperar, pues en pocos años el número de Alces (alces alces), Wapitíes (cervus candensis) y otros cérvidos (cervidae) aumentó de forma sustancial al no tener depredación, lo que provocó una disminución en la vegetación.
Con el aumento de la presión herbívora sobre la vegetación, se produjo una pérdida de ejemplares arbustivos y forestales, que cubrían las riberas de los ríos (especies de álamos – (populus alba), sauces – (salix), entre otras, muy nutritivas y apreciadas por los herbívoros). Esta pérdida de vegetación provocó a su vez el desplazamiento de otras especies animales. Por ejemplo, los castores (castor canadensis), al no tener madera para construir sus refugios, migraron a otros ecosistemas, hecho que se repitió con otras especies. La pérdida de vegetación de ribera, muy importante en la fijación del suelo, y de especies como los castores o las nutrias (lutrinae) provocó que el río se saliese de su cauce, desembocando en inundaciones y cambios drásticos en el ecosistema. Todo ello tenía su origen en la pérdida de una especie de depredador. En 1995, tras mucha polémica, se decidió reintroducir lobos en Yellowstone, recuperando el equilibrio del ecosistema y las especies desplazadas en pocos años.
Estos sucesos se han dado en muchos otros espacios naturales, todos con la misma consecuencia. Por tanto, es indudable que la pérdida de biodiversidad provoca un aumento de la desertificación de forma clara y directa. Otro ejemplo de este fenómeno lo encontramos en la isla del Lago Guri, en Venezuela, dónde no hay depredadores, a diferencia de la Venezuela continental que si cuenta con presencia de depredación.

Ilustración 1. Estes et al (2011) Trophic Downgrading of Planet Earth by the Loss of Large Predators.
Desde Sfera Proyecto Ambiental, con nuestros estudios de fauna por todo el territorio español, buscamos la protección de la cadena trófica y el mantenimiento del equilibrio de los sistemas ecológicos.
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