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Está llegando la tormenta perfecta: cambio climático, aumento de temperaturas, menos lluvias y muchísima demanda de agua. Si esto sigue así, podríamos llegar a tener problemas de desabastecimiento en los próximos meses.
Pero la pregunta es, ¿cómo es posible que habiendo llovido lo mismo, o algo más que los años anteriores, durante el año hidrológico que acaba de terminar, hayamos llegado a septiembre con los embalses 12 puntos por debajo de la media? Por se exactos, los datos reflejan que en la actualidad los embalses guardan un 23 % menos de agua que la media de los últimos diez años y un 13 % menos que en las mismas fechas de hace un año. «El problema es la demanda. En España se consume agua sin control, es un consumo desproporcionado sobre todo para el regadío, y eso es arriesgado de cara a los meses venideros», aclara el experto en gestión del agua de Ecologistas en Acción, Santiago Martín Barajas.
Además, las predicciones meteorológicas hablan de unos próximos meses más secos de lo normal. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este otoño podría ser especialmente seco. «En principio, lo que se prevé como escenario más probable es que en la mayor parte de la península sea un trimestre (octubre, noviembre y diciembre) con precipitaciones inferiores a las normales», explica Rubén del Campo, portavoz de la Aemet.
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica, en su informe mensual de sequía correspondiente a septiembre, advierte de las consecuencias para las cuencas del Guadalquivir y del Guadiana si no llueve en los próximos meses. La cuenca del Guadalquivir ha empezado el año hidrológico en situación de alerta y la del Guadiana en emergencia. «No es una época de demandas importantes, pero se estaría a expensas de la meteorología del final del otoño y del invierno para que no fuera necesaria la adopción de medidas más severas de cara a los meses de mayor demanda del año 2022″.
«Hemos llegado al límite»
Precisamente, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) indicaba este jueves que va a gestionar «cada gota de agua» ante la situación de desembalse en la que se encuentra la cuenca. En el borrador para el Plan Hidrológico que está elaborando para los próximos seis años va a proponer no aumentar el número de hectáreas para el regadío porque «hemos llegado al límite».
«Procuramos gestionar cada gota de agua y hay que seguir cuidando el agua en todos los sectores, pero donde se nota más si se cumplen los compromisos es en el sector de los regantes», ha aseverado el presidente de la CHG, Joaquín Páez.
Por ejemplo, es el caso de Aguadulce y Pedrera, localidades de la Sierra Sur de Sevilla. En verano ya han tenido restricciones en el suministro de agua potable que suelen finalizar con el fin de la temporada de piscinas y baños. Pero este año no solo no han terminado las restricciones sino que se han ampliado desde las once de la noche y los fines de semana. Hay más de 7.000 vecinos afectados: 5.000 de Pedrera y unos 2.000 de Aguadulce.
Los embalses gallegos, bajo mínimos
Otro ejemplo, son los embalses gallegos, que han perdido otros 40 hectómetros cúbicos de agua en la última semana y se sitúan en el 44,3 % de su capacidad, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
En el ámbito nacional, la reserva hídrica española está al 39,6 % de su capacidad total: los embalses almacenan actualmente 22.252 hectómetros cúbicos de agua, 170 menos que hace una semana. Según el Ministerio, en los últimos días las precipitaciones han sido escasas en la vertiente Atlántica y prácticamente nulas en la vertiente Mediterránea. La máxima se ha producido en Pontevedra con 24,8 l/m2.
12 puntos por debajo de la media
El responsable del Área de Aguas de Ecologistas en Acción, Santiago Martín Barajas, lo tiene claro. «Vivimos al día con el agua. Los embalse deberían ser depósitos de agua para cuando no tuviéramos, pero han pasado a ser estaciones de regadío. Si vives al día con el agua, no se reduce el consumo y el otoño es seco, vamos a tener un problema».
Los embalse están al 40% de su capacidad cuando, lo normal en estas fechas sería que estuvieran al 52%, y ha llovido lo mismo que otros años. El problema es que regamos mucho. En España se dedica al regadío el 85 % del agua, el 12 % es para el consumo humano y 3 % para la industria. «No da tiempo a que se llenen los embalses», explica.
Martín Barajas pone el punto también, en que ahora se riegan cultivos que antes eran más de secano, como el olivo, el almendro y los viñedos. «Al regarlos salen más rentables, se gana más dinero. Es cierto, que consumen poca agua, pero si tienes 800.000 hectáreas, suma. Además, el precio del consumo de agua para el regadío es muy bajo comparado con otros países. Y, ¿qué pasa? que nos quedamos sin agua. Media España podría tener problemas de abastecimiento en los próximos meses si viene un otoño seco, en el regadío se consume agua sin control», aclaran desde ecologistas.
En España se podrían regar tres millones de hectáreas sin que faltara agua, pero se riegan ahora mismo 4,1 millones de hectáreas, sin contar con el regadío ilegal, que también existe. Solución: quitar una parte del regadío y por supuesto no poner ni un metro cuadrado más de riego. «El abastecimiento urbano devuelve otra vez al sistema el 80% del agua como mínimo, cuando no más. El regadío devuelve el 10%, pero cada vez menos, porque es cada vez más eficiente», aclara Martín Barajas.
Cambio climático
«Con el cambio climático vamos a tener cada vez más episodios de sequía extremos y mayor incertidumbre. Si seguimos consumiendo como hasta ahora, tendremos más difícil garantizar el agua para los ecosistemas y para la sociedad. Vamos abocados a un suicidio hídrico», asegura Rafael Seiz, técnico de políticas del programa de Aguas en WWF.
«No es un problema de que llueva poco, en España es normal tener ciclos de cinco años más secos y luego uno húmedo pero con el cambio climático todo está cambiando. Además, la temperatura ha subido 1,1 punto por encima de la media en nuestro país, así el agua se evapora más y por lo tanto consumimos más agua que rinde menos», aseguran desde WWF.
«Es urgente que cambien las políticas de agua y que todos arrimemos el hombro. El agricultor debe reducir el agua que consume y aprovechar la que tiene, quizá tenga que cambiar algunas cosechas porque luego nos encontramos con excedente de productos, como melones en Cartagena, que se quedan en el campo y se tiran, pero el agua ya se ha derrochado. Los problemas están, principalmente, en la pobre gestión más que en la escasez física de los recursos hídricos», asevera Seiz.
Los dos expertos coinciden en que es un tema complejo. «Las administraciones se están dando cuenta del problema, pero de momento ninguna ha sido valiente para cambiarlo. Para dar menos agua al regadío, tener sistemas más eficientes y sobre todo poner menos campos de cultivo para poder guardar el agua en los embalses para cuando falte de verdad», explican.
Las eléctricas
Está claro, que para producir electricidad se necesita agua y con la crisis del gas las eléctricas han querido mantener el beneficio. «Las compañías eléctricas han estado vaciando embalses, aprovechando que la luz estaba muy cara y que la hidroeléctrica tiene unos costes de generación baratos y así han incrementado el margen de beneficio. Vacían el embalse para turbinar a coste cero y venden más caro. Eso a mi me parece una mala práctica que no debe permitirse», asevera Seiz.
«También es cierto, que el agua de los embalses se usa para todo, por eso, es necesario también, modificar el agua que se da a las eléctricas porque además, estas tienen otras formas de producirla y en el regadío no es así. Ellos necesitan agua», dice el experto.
Consecuencias
Como ya pasó en la sequía de 1994, si esto sigue así y no se frena la demanda, habrá problemas de abastecimiento en grandes zonas del país que coinciden, con las que más agua consumen. Andalucía, Castilla-La Mancha o Extremadura. «Podría llegar a haber cortes de suministro en el sur peninsular», dicen desde WWF.
«Las grandes ciudades, como Madrid, se librarán ya que sus embalses están al 65%. Y no porque llueva mucho, sino porque el regadío es testimonial. Pero la España rural podría sufrir con el racionamiento de un bien tan esencial», dice el Santiago Martín Barajas.
Desde Ecologistas en Acción piden un 25% de reducción del regadío, con una transición justa. El problema es que regantes y agricultores no quieren ni oír hablar de ninguna modificación en sus planes de negocio», concluyen.
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Fuente noticia: niusdiario.es/sociedad/medio-ambiente/media-espana-problemas-abastecimiento-proximos-meses-regadio-consume-agua-sin-control_18_3218521272.html