En la última década, la adaptación al cambio climático, ha sido objeto de atención creciente entre los responsables políticos, empresariales y sociales, pasando a ser una prioridad política en algunos países de la Unión Europea.

La adaptación al cambio climático, se orienta a mitigar los impactos y vulnerabilidades así como incrementar la resiliencia de los ecosistemas frente a los eventos extremos derivados del cambio global. Asimismo, se considera también como  herramienta fundamental para hacer frente a los retos socioeconómicos.

El aumento de la frecuencia e intensidad de las olas de calor tiene mayor impacto en la salud, producción y uso de energía, agricultura, silvicultura, etc. También, la degradación de nuestros ecosistemas terrestres y marinos tendrá sin duda afecciones graves en las actividades económicas globales, por lo que resulta necesario contar con un plan de acción global a fin de establecer una serie de medidas estratégicas para la adaptación a los efectos derivados del cambio climático. En este sentido, España elaboró desde 2006 el Plan Nacional de Adaptación al cambio climático (PNACC) como marco de referencia para unir los esfuerzos de los agentes públicos y privados y diseñar acciones para dar respuestas adaptativas frente al cambio climático a nivel nacional. Dicho PNACC, se traduce en un programa de trabajo que se basa en cuatro ejes principales de actuación (Figura 1).

EJES

Figura 1: Representación gráfica de los principales ejes que sustentan el programa de trabajo del PNACC.

Por lo que se refiere al primer eje, la integración en la normativa de los criterios de la adaptación al cambio climático es un paso primordial para dar un soporte solido al desarrollo de las medidas de adaptación al cambio climático en los diferentes sectores tales como agricultura y pesca, planificación y gestión del agua, conservación del patrimonio natural y la biodiversidad, gestión de suelos y desertificación, etc. Del mismo modo, la evaluación de impactos es una tarea compleja y crucial en el proceso de adaptación al cambio climático que requiere conocimiento profundo de los diferentes aspectos climáticos y de una aproximación multidisciplinar que permita la toma de medidas adecuadas basadas en los resultados de evaluación de los posibles riesgos e impactos que se generan de cada sector.

Asimismo, la movilización de todos los actores involucrados, es otro aspecto importante para generar una dinámica de trabajo coordinada de manera que los resultados elaborados por otros son la fuente de información con la que podrían trabajar otros para continuar con la investigación. En este sentido, la administración es considerada como principal agente implicado en el cumplimiento de los planes de acción en materia de cambio climático, y debe planificar el marco estratégico y regulatorio de acción para apoyar al resto de actores que pueden ser empresas privadas, ONGs, universidades, etc. Y por último, otro aspecto relevante es contar con un sistema de indicadores viable que permita evaluar la eficacia de las medidas de adaptación al cambio climático propuestas, y también sirva como instrumento de seguimiento de los sucesivos avances y desarrollos que se pretenden lograr.

Además, de lo comentado anteriormente, se citan otros aspectos importantes para el éxito del desarrollo de los proyectos de adaptación al cambio climático y son los siguientes:

  • Invertir en recursos materiales y en la capacitación y formación de los profesionales participantes en los proyectos de adaptación ;
  • Fomentar espacios de dialogo donde se promueve la comunicación y colaboración entre los diferentes agentes implicados ;
  • Promover una planificación estratégica y flexible que se adapta a las necesidades cambiantes ;
  • Invertir en el desarrollo de proyectos I+D+i.

En definitiva, el cambio climático es una realidad y sus efectos se manifiestan ya en el momento actual. Contar con un plan de acción estratégico con medidas de adaptación resulta imprescindible para hacer frente a los retos globales. También, es necesario que dicho plan sea técnicamente y económicamente viable a fin de garantizar su desarrollo eficaz sin comprometer a nuestro planeta.